miércoles, 27 de julio de 2016

lunes, 18 de julio de 2016

ECOSISTEMAS ACUÁTICOS

Hoy es muy común hablar de un ecosistema acuático, ya que son bastante populares principalmente en los países con salidas al mar o que contienen grandes ríos, ya que se encuentran en contacto directo con vida debajo del agua, es por ello que es preciso definir claramente este concepto que sigue siendo utilizado en la actualidad.
Particularmente los ecosistemas acuáticos pueden definirse como espacios en donde animales y plantas se relacionan dentro del agua. Estos sistemas tan particulares suelen clasificarse en dos diferentes tipos: los hábitat de agua dulce y los hábitat de agua salada.
Dentro de un ecosistema es completamente necesario que existan componentes bióticos o biológicos, los cuales a su vez deben disponer de las características necesarias para contribuir al mismo, como es el caso de ser productores de elementos, consumidores y a su vez tener la capacidad de descomponer, para de esa manera conseguir mantener un equilibrio y a su vez lograr una evolución constante del ecosistema. El componente acuático simplemente se añade a las especies de plantas y animales que acostumbran pasar la mayor parte de sus vidas naturales bajo el agua.
Una particularidad de los ecosistemas acuáticos es el hecho de que son sumamente susceptibles a cambios climáticos, puesto que los mismos impactan de lleno a toda la comunidad y provocan grandes cambios, como es el hecho de que muchas especies de animales viajen hacia zonas más confortables, o que algunas especies de plantas sean más comunes en zonas más inferiores, debido a que en las regiones cerca de la superficie el clima puede ser más violento.

Diferentes ecosistemas acuáticos

Dentro de los ecosistemas acuáticos podremos hacer dos grandes diferencias: los ecosistemas de agua salada y los ecosistemas de agua dulce, puesto que ambos disponen de notables diferencias que hacen más fácil el estudio de esta clase de hábitat en donde acostumbran a crecer las más variadas especies de animales y plantas.
Los ecosistemas acuáticos de agua salada tienden a ser encontrarse en los océanos, aunque también existen mares y otras especies de canales fluviales que acostumbran a compartir muchas de las características de este tipo de ambientes bionaturales. Particularmente estos ecosistemas tienden a ser más extensos en relación al tamaño o superficie que ocupan dentro de la Tierra, lo que permite que diversas especies de animales y plantas puedan vivir en él, como es el caso de ballenas, tiburones y demás especies animales que desarrollan un tipo particular de branquias para vivir en estas zonas.
Los ecosistemas acuáticos de agua dulce tienden a ocupar una menor cantidad de superficie, y a su vez permiten el desarrollo de especies animales de menor tamaño que tienden a movilizarse grandes extensiones en búsqueda de alimento y condiciones óptimas para vivir.